La restauración de este artesonado se llevó a cabo en 1995, después de casi cinco siglos acabado. Una de las peculiaridades de la restauración fue que su trasdós se hizo visitable, lo que permite comparar la tosquedad del trabajo carpintero, de las partes no vistas con la exquisitez de su intradós, que presta la necesaria solemnidad al salón donde se entregaban los títulos de la universidad cisneriana.